En muchas ocasiones, personas que durante años hemos vivido el ajedrez en sus distintas etapas, nos hemos visto obligados a explicar a amigos, periodistas, familiares, empresarios.. por qué el ajedrez es interesante para nuestros hijos, para nuestros alumnos, jóvenes o adultos de cualquier edad, trabajadores o directivos en cualquier entorno laboral.
Como si tuviéramos la obligación de comenzar a disparar a cientos las bondades del ajedrez para la mente (olvidando con demasiada frecuencia otras ventajas sociales, emocionales y terapéuticas), comenzamos nuestra retahíla de elementos (atención, concentración, reflexión, combinatoria, visión espacial, control de la voluntad, control de los actos, sometimiento de la acción al pensamiento…etc) temiendo que no sean suficientes para motivar su apoyo.
A veces incluso te encuentras con personas que ponen gran importancia en otros elementos, como la indiscutible mejora de la disposición afectiva hacia la resolución de problemas, el control emocional (perder, ganar, control de la enorme emoción que fluye en momentos del juego..) y la importancia del juego en sí para producir avances y aprendizajes.
Muy pocos suelen hablar de la mejora de la capacidad para la toma de decisiones (aunque en ello se impliquen varias competencias clave que se entrelazan para producir esa mejora).
Sin embargo, es mucho menos frecuente escuchar argumentos que vayan en la línea de potenciar todo ese conjunto de competencias personales que inciden en la mejora de los análisis y gestión de riesgos en sus vidas, derivados de la super-ejercitación que el Ajedrez promueve constantemente para esa gestión del riesgo.
Lo cierto es que la gestión del riesgo es algo que todos hacemos más o menos de forma automática en nuestras vidas y, a menudo, de manera inconsciente, al formar parte de nuestra rutina diaria de protección personal. Nuestro pensamiento (salvo el de los inconscientes/primarios) está basado de un modo u otro en el riesgo. Cuando cruzamos una carretera, cuando nos saltamos un semáforo con el coche, todos (uff.. bueno, muchos..) evaluamos el riesgo y tomamos una u otra decisión, más o menos acertada, basándonos en nuestras propias necesidades.
No obstante, cuando pensamos en riesgo, la idea general es la de la visión negativa.
En el mundo actual está dándose una auténtica revolución en el mundo de la Calidad. Están produciéndose pasos muy potentes que hacen que todos los procesos en el mundo de la empresa tengan necesariamente en cuenta una constante gestión del riesgo. Las actualizaciones en ISO 27001:2013, ISO 9001:2015, ISO 14001:2015 establecen un enfoque sistématico de los riesgos.
La misión de todo ello es prevenir o reducir los efectos no deseados de los escenarios de riesgo, cuya materialización pueda hacer que los objetivos empresariales (familiares, personales..) y, por ello, los de los diferentes sistemas, no lleguen a cumplirse, a la vez que se promueve la mejora continua. Entonces, la acción preventiva se convierte en automática cuando tenemos un sistema de gestión basado en la percepción y gestión continua del riesgo al que estamos expuestos, y ésta impregna todos los procesos y decisiones a nivel departamental y de empresa.
Observemos que esta nueva visión, aportada por las normas de Calidad modernas, lo que pretende inculcarnos es que el pensamiento basado en riesgo también puede ayudarnos a identificar las oportunidades.
El Ajedrez tiene mucho que decir en el aporte de unas capacidades especiales en el análisis y gestión de riesgos, dado que jugada tras jugada han de repetirse los esquemas, reconsiderar las nuevas posiciones, tener en cuenta el tiempo y los objetivos, y dar con una continuación (análisis/decisión) consciente, nunca exenta de riesgo responsable.
Los que hemos tenido la doble suerte de vivir el ajedrez durante muchos años, y trabajar en el ámbito de la seguridad TIC, podemos ver la enorme unión entre estos dos mundos.
Por tanto, con toda humildad, incorporemos a esa enorme lista de aspectos, sobre los que el Ajedrez incide poderosamente, la Gestión del Riesgo, como algo que se aprende en el ajedrez y puede extrapolarse con facilidad a otras facetas de nuestras vidas.
Sólo una deficiente gestión del riesgo está en la base de muchos accidentes y catástrofes ocurridas en el mundo (ejem. Hurarán Katrina y el impacto en Nueva Orleans).
Pero a nivel personal y familiar, también podemos reflexionar sobre la importancia de «jugar» a analizar riesgos cada vez que debamos hacer algo de cierta importancia (ir de barrancos, salir al mar, cruzar la carretera, programar el navegador mientras conducimos, dejar al niño en la piscina, subir la velocidad para llegar…).
Cuando hablamos del ajedrez educativo y su importancia en la Educación futura, también estamos haciendo referencia a la formación de trabajadores y directivos en la gestión del riesgo.
Y ahí, es particularmente ilustrativo el ajedrez como máquina o laboratorio de aprendizaje.
Sólo cuando interiorizamos completamente la gestión del riesgo en nuestra vida diaria estamos cerca de lo que las nuevas normas de calidad tratan de hacer, integrando en todos los procesos ese análisis y gestión del riesgo integral, tan necesario para mejorar.
Hoy por hoy puede parecer una exageración, pero el mundo se encamina a introducir avances en estas direcciones.
En la familia, en la escuela, en el instituto, en la universidad y en el mundo de la empresa, todos debemos profundizar en la gestión del riesgo (el Ajedrez es todo un descubrimiento en esta vía), ya que no sólo nos aporta mayor control sino que propicia la búsqueda de nuevas vías, análisis de riesgo y a la postre puede permitirnos evitar dramas como el de la familia cuyo niño quizás está próximo a su ahogamiento en 30 segundos (en la imagen).
Todos podemos mejorar de un modo enorme estas capacidades, y hacerlas automatismos en nuestra vida diaria.
Juega al ajedrez y, con el tiempo, comprenderás mejor si lo que digo tiene sentido.
Excelente, Explicativo
Me alegra que te parezca así Guillermo. Gracias por tu comentario.
Saludos